martes, 5 de octubre de 2010

Se pasó la vida sonriendo, y sí, era feliz...hasta que se quedaba sola. Se sentía como un animal acorralado, no sabía si atacar, hacerse la muerta, salir corriendo. El médico lo llamaba depresión, el psicólogo doble personalidad, el psiquiatra esquizofrenia. Pero ella sabía que no era eso, era angustia. ¿Por qué la gente no la dejaba en paz? Ella vivía en su mundo, no molestaba a nadie, en cambio la jodida vida se empañaba en demostrar que puede con todo, que puede ser una puta. Y cada vez que encontraba una salida, caa vez que veía esa luz después de caminar tanto tiempo por esa oscura cueva, dando traspiés, resbalando...Había un derrumbe. ¿Cuántas veces se planteó la existencia de dios? Nunca dudo que no era posible, pues si existiese no habría tenido motivos para castigarla. MALA SUERTE, supongo. Ese no era su día, es más, nunca había sido su día. Había veces en que parecía que todo iba bien, pero luego alguien le hacia volver a la realidad. ASCO DE GENTE... La angustia seguía creciendo, de vez en cuando salía en forma de lágrimas, pero eso no era suficiente. Siempre tuvo la esperanza de volar, así que empezó a considerar que solo era libre en sueños, por lo que se durmió. Se creó su propia coraza; nadie entraba, nadie salía. No pensó en lo que dejaba fuera, cierto que echaría de menos muchas cosas, pero vaya...No quiso volver a levantarse. Al menos hasta que sonara el despertador.

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